«La inseguridad está completamente fuera de control en todo el país», declaró Cortés en referencia al ataque. Este hecho representa un sombrío testimonio de la gravedad de la situación, subrayando el desafío que enfrentan los actores políticos en medio del proceso electoral.
Cortés no se detuvo ahí. En un llamado enérgico a las autoridades electorales y federales, exigió medidas urgentes para garantizar la seguridad en el desarrollo del proceso electoral. «Una vez más, le exigimos al INE y al Gobierno Federal que le entren al tema», enfatizó, señalando la necesidad de una intervención contundente para salvaguardar la integridad de los candidatos y el ejercicio democrático.
Además, el líder panista destacó la gravedad de la situación al afirmar que este proceso electoral se está convirtiendo en el más violento de la historia de México. Sus palabras reflejan la preocupación generalizada por el incremento de la violencia y la inseguridad en un contexto electoral ya de por sí tenso y desafiante.
Este atentado no es un caso aislado. Cortés también informó sobre la retención del candidato al Senado, Francisco Ramírez Acuña, por parte de grupos del crimen organizado. Si bien este incidente ocurrió hace casi dos meses, sirve como otro ejemplo alarmante de la vulnerabilidad de los candidatos frente a la violencia y la intimidación.
En medio de este clima de inseguridad, es crucial que las autoridades actúen con determinación y prontitud para garantizar la integridad de los actores políticos y la transparencia del proceso electoral. La violencia no puede convertirse en un obstáculo para el ejercicio democrático y la voluntad del pueblo mexicano.