La periferia de la Ciudad de México, con su alta marginalidad y asociación a la violencia y falta de servicios básicos, se convierte en el escenario de la poderosa obra visual de Sonia Carolina Madrigal Loyola. Esta fotógrafa y artista visual, oriunda de Ciudad Nezahualcóyotl, se dedica a narrar las historias y experiencias de las habitantes de su comunidad a través de su proyecto «Ciudad Neza: Territorialidad, cuerpo y archivo».
Madrigal Loyola, quien es conocida cariñosamente como «Neza» en su región, retrata el diario tránsito de las mujeres que, al igual que ella, realizan largos desplazamientos hacia sus centros de trabajo o estudio en la capital. Su trabajo busca explorar narrativas visuales que reflexionen sobre el territorio y el género, poniendo especial énfasis en Neza, su ciudad natal. Esta reflexión se hizo presente en una ponencia virtual durante el ciclo de conferencias «Territorios y Archivos del Seminario de Estudio del Patrimonio Fotográfico de México 2024».
Durante esta actividad organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Sistema Nacional de Fototecas, la artista compartió su proceso creativo. «Caminar por la ciudad me hace formar parte de aquello de lo que hablo», explicó Madrigal Loyola, destacando cómo su obra se nutre de su vivencia personal en Nezahualcóyotl, un municipio fundado en 1963, que puede considerarse joven y que se localiza en la zona oriente del Estado de México.
El trabajo de Madrigal Loyola, además de documentar etnográficamente la movilidad urbana desde la perspectiva de las mujeres, busca romper con el estigma hacia las personas que habitan en zonas calificadas como violentas. «Hay un estigma hacia las personas que vivimos en territorios que han sido calificados como violentos, lo cual nos conduce a no nombrar el lugar del que venimos, como si con ello pudiéramos desvincularnos de alguna manera», señaló durante su charla.
Una parte crucial de su trabajo es visibilizar a las mujeres transeúntes a través de retratos, fomentando el reconocimiento entre ellas y su presencia en el espacio público. «Es importante que las mujeres que vivimos en las periferias reflexionemos y contemos la historia de nuestros territorios y la propia, porque es necesario ampliar el relato con nuestras miradas y experiencias. No se pueden seguir contando las historias sin nosotras», afirmó.
Madrigal Loyola también explora cómo el espacio público afecta las decisiones personales de las mujeres, desde la necesidad de pasar desapercibidas para evitar el acoso hasta las actividades cotidianas que realizan durante los traslados en el transporte público. Su obra es un llamado a dar voz a las historias silenciadas y a reconocer la diversidad de experiencias de las mujeres en la periferia.
La fotografía de Sonia Carolina Madrigal Loyola no solo es un testimonio visual, sino también una herramienta de reflexión y cambio, que busca narrar las historias no contadas de su comunidad y abrir espacio para nuevas narrativas con perspectiva de género.