En una repetición dolorosa de la historia, México y Estados Unidos se enfrentaron una vez más en la Final de la Nations League este domingo. El encuentro, que ha sido testigo de la supremacía estadounidense en los últimos años, vio al equipo dirigido por Gregg Berhalter imponerse con un marcador de dos goles a cero sobre el Tricolor mexicano.
La historia de enfrentamientos entre ambas selecciones ha estado marcada por la constante repetición del mismo resultado. Desde 1991, cuando Estados Unidos venció a México por primera vez por 2-0 en las Semifinales de la Copa Oro, hasta la reciente final de la Nations League en 2024, el marcador ha sido una repetición de la misma narrativa desalentadora para los mexicanos.
Esta dolorosa serie de derrotas por 2-0 comenzó a forjarse en encuentros amistosos en 2000 y se intensificó con la derrota en los Octavos de Final de la Copa del Mundo de 2002, en un partido que sigue siendo recordado como uno de los momentos más difíciles en la historia del fútbol mexicano.
A lo largo de los años, esta tendencia se ha repetido en varias ocasiones, incluyendo enfrentamientos en el Hexagonal Final y ahora en la Nations League, donde una vez más Estados Unidos se impuso con el mismo marcador.
Para el Tricolor, esta derrota no solo representa una pérdida en la búsqueda de un título esquivo en la Nations League, sino que también subraya una preocupante tendencia que parece repetirse una y otra vez en los enfrentamientos contra su rival del norte.
A medida que los aficionados mexicanos reflexionan sobre este último revés, queda claro que enfrentar a Estados Unidos sigue siendo uno de los mayores desafíos para la selección nacional. Con la esperanza de romper este patrón en el futuro, el equipo mexicano deberá analizar detenidamente su desempeño y buscar nuevas estrategias para superar a su histórico rival en los próximos encuentros.